Últimamente me ha dado por leer cómics. Era una vieja costumbre que tenia aparcada, y ahora con la tranquilidad de las Navidades y que bajan el numero de correos que hay que responder, da mas tiempo.
Además, pasar una temporada Navideña en mi casa en España, sin tener Internet accesible, y sin posibilidad de poder leer si quiera el periódico, me ha hecho recordar los comics que tenia abandonados.
De entre todo lo que tenia, me ha sorprendido mucho un cómic de origen europeo, mas concretamente de Suiza es su autor: Frederik Peeters, el cual esta basado en una historia de ciencia ficción existencialista.
Por momentos me daba la sensación que estaba leyendo un cómic ochentero de Alejandro Jodorowsky, mezclado con la cyber-cultura de Masamune Shirow, y con un final al estilo Katshuiro Otomo.
Esto es, una mezcla entre El Incal de Jodorowsky, Ghost in the Shell de Shirow y el final de Akira de Otomo.
El cómic transcurre en un futuro indeterminado, en el que la sociedad se a tecnificado tanto que ser un ser humano natural, sin ningún implante o ayuda corporal es ser raro.
De entre todos, siempre tiene que haber alguien que tiene que llevar la contraria, y decide ser “natural” y tener una hija sin ayuda de la ciencia.
Y, ¿que pasa cuando eres el raro en la sociedad? Pues que no te llueven mas que ostias por todos lados, y a nuestro protagonista lo apartan a un primer nivel 0 de la sociedad en la que solo viven los parias… su mujer le deja y se lleva a su hija, con lo cual, no le queda otra que embarcarse con su hermano a un planeta fuera del sistema solar donde unos científicos están explorando la posibilidad de crear vida en un planeta a través de microrobots e inteligencia artificial.
Pero como en todo cómic de ciencia ficción, algo tiene que salir mal… ¿o no sale mal y está todo planeado para que ocurra así?
Sin más, no me voy a extender mas, porque luego alguien me puede decir que le destripo los finales.
Una de las cosas que mas me han gustado es la estética del cómic, a mitad entre el excesivo tecnologismo, y el tufillo de defensa del medio ambiente que tiene el cómic
Y mención a parte, es el robot mas original y currado de la historia de la ciencia ficción, y mi favorito a partir de ahora: Churchil, un mono que fuma puros (jajaja porque le llamarían Churchil??), lanza descargas eléctricas por las manos y usa hypervelocidad.
Por cierto, al que le apetezca leerlo, solo tiene que pedírmelo.
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